Orientados por el pensamiento de nuestro Fundador – SAN ANTONIO MARÍA GIANELLI – seguimos su enseñanza cuando dice que :” Los padres de familia de una Comunidad Gianellina no deben olvidar que el hogar es el primer formador de valores: fe, respeto, disciplina, honradez, responsabilidad, amistad; los padres son los primeros y mayores educadores ya que su ámbito escapa a lo que el mejor colegio pudiera lograr porque supone un conocimiento integral de su hijo; los padres eligen libremente el colegio para sus hijos y, al elegir al nuestro, tendrán que adquirir conciencia y comprometerse plenamente con los principios y metas de éste, participando y colaborando con las líneas formativas del Colegio; serán vigilantes del mundo que rodea a su pupila(o) a fin de que sepan en todo momento los problemas y situaciones que pudieran afectarlos; deben incrementar los conocimientos y desarrollo de la labor educativa como también de la labor pastoral del Colegio”. En la acción educativa participa la comunidad toda: Comunidad Religiosa, Docentes, Asistentes de la educación que, en su quehacer cotidiano entregan una formación humana y cristiana para que cada alumna y alumno sea capaz de discernir frente a la vida con una opción de fe madura y profunda y el compromiso de colaborar para el advenimiento de una sociedad más digna y más justa. Cada miembro de esta Comunidad Educativa sabe que ser educador es un trabajo diario, permanente que se debe mostrar más en el hacer que en el decir, pero siempre con cordura en un clima de respeto hacia toda la comunidad. Creemos en una educación centrada en el alumno y en la que pueda aprovecharse y desarrollarse el inmenso potencial y las capacidades de cada uno. Deseamos una educación capaz de tomar lo mejor de cada perspectiva y opción pedagógica de manera de crear un modelo propio que potencie el proceso de aprendizaje – enseñanza, con un estilo educativo integrador en conocimientos, habilidades, actitudes, valores, para el desarrollo integral, asentado en la perspectiva cristiana y el mensaje del Evangelio. Buscamos una educación que ponga especial atención en las personas y en los aprendizajes de nuestros alumnos, en sus estilos cognitivos, de manera de establecer coherencia entre el estilo pedagógico y el ser humano que queremos.