La Fundación lleva su nombre con motivo del Santuario de la Virgen del Huerto que reside aún en la ciudad de Chiávari, y que recuerda una pintura de la Virgen sobre el muro externo de un Huerto (pintado en el año 1493). La fama de la imagen se acrecienta cuando el 2 de julio de 1610, un joven de la zona, Sebastian Descalzo, asegura que la Virgen María en persona se le aparece milagrosamente en el mismo lugar.